Los incendios forestales recientemente
ocurridos en Valencia, ponen de manifiesto distintos aspectos de su incidencia
devastadora. Cabe destacar que todavía no ha quedado resuelto el problema de
sus causas, no por su desconocimiento, si no por su origen: según algunas
fuentes ambas se deben a negligencias, aunque alguna no está claramente
determinada. Pero eso no esconde nuestro fracaso como sociedad, y el de
nuestras administraciones, al no saber transmitir adecuadamente la sensibilización
y el respeto por nuestras masas forestales, e instrumentalizar medidas
preventivas algo más eficaces.
Un incendio forestal produce graves pérdidas
ecológicas y económicas, pero también es una alteración dramática del régimen
de los sistemas hídricos (1). Sus efectos alcanzan los distintos compartimentos
de almacenamiento del agua. En primer lugar, la pérdida de la vegetación impide
su retención por interceptación, que en ambientes mediterráneos puede alcanzar
tasas cercanas al 30% de la precipitación total (2). La inexistencia del filtro de las distintas
especies y estructuras vegetales
conlleva la incidencia directa de la lluvia sobre el suelo lo que a su vez se
refleja en el incremento de las tasas de infiltración (3, 4).
El proceso de reducción de la infiltración -o
su reverso que es el aumento de la escorrentía superficial- no sólo está relacionado
con la ausencia de vegetación sino también con el impacto directo del fuego
sobre el suelo. Dependiendo de su intensidad (temperaturas alcanzadas) y
duración, actúa sobre éste incrementando su hidrofobicidad o repelencia al agua
(5, 6) que, además, reduce la penetración de la lluvia, los contenidos de
humedad y las transmisiones de los flujos laterales y subsuperficiales.
En consecuencia, a escala de cuenca las
implicaciones de la alteración del ciclo hidrológico impuesto por el fuego son
importantes, al menos durante los meses posteriores a los incendios, mayores si
se tienen en cuenta las características del clima del mediterráneo occidental
donde la época de sequía y altas temperaturas es seguida por el otoño de
lluvias, en ocasiones torrenciales.
Tanto utilizando datos de campo como
aplicando modelos de simulación, los análisis coinciden en que, al estar la
cuenca libre de vegetación, se produce una simplificación de la conversión de
la lluvia en caudal tendente a la linealidad. Inicialmente, la lluvia efectiva
se aproxima a la lluvia bruta, o total precipitada, aumentándose, por lo tanto,
los volúmenes de caudal y acelerándose también los tiempos de respuesta o la
recurrencia de los hidrogramas (7). Con el tiempo, y a medida que la vegetación
rebrota, el sistema va regenerándose
hacia condiciones similares (aunque no idénticas) a las existentes con
anterioridad al incendio. El lapso de tiempo de recuperación es variable, prolongándose
durante meses (8), lo cual es fundamental pues da pie a que se desencadenen o
aumenten otros procesos que permanecían latentes como son la erosión y la
inundabilidad de las zonas bajas (9).
:::::::::::::::::::::
(1) Neary D.G., Ryan K.C., DeBano L.F. (Eds) (2005): Wildland Fire in
Ecosystems. Effects of Fire on Soil and Water. General Technical Report
RMRS-GTR-42- (volume 4). Rocky Mountain Research Station, Forest Service, United States Department of
Agriculture.
(2)
Belmonte
Serrato F., Romero Díaz A. (1988): La
cubierta vegetal en las regiones áridas y semiáridas: consecuencias de la
interceptación de la lluvia en la protección del suelo y los recursos hídricos.
Revista de Geografía, 10: 9-22
(3) Robichaud P.R. (2000): Fire
effects on infiltration rates after prescribed fire in Northern Rocky Mountain
forests, USA. Journal of Hydrology, 231-232: 220-229.
(4) Martin D.A., Moody J.A. (2001): Comparison
of soil infiltration rates in burned and unburned mountainous watersheds.
Hydrological Processes, 15: 2893-2903.
(5) Ferreira A.J.D., Coelho C.O.A., Walsh
R.P.D., Shakesby R.A., Ceballos A., Doerr S.H. (2000): Hydrological
implications of soil water-repellency in Eucalyptus
globulus forests, north-central Portugal. Journal of Hydrology, 231-232:
165-177.
(6) Malkinson D., Wittenberg L.
(2011): Post fire induced soil water repellency—Modeling short and long-term
processes. Geomorphology, 125: 186-192.
(7) Lavabre J., Sempere Torres D., Cernesson F. (1993): Changes
in the hydrological response of a small Mediterranean basin a year after a
wildfire. Journal of Hydrology, 142: 273-299.
(8)
López
R., Batalla R.J. (2001): Análisis del
comportamiento hidrológico de la cuenca mediterránea de Arbúcies antes y
después de un incendio forestal. III Congreso Forestal Español, pp. 547-553.
(9) Jordan P. (2011): Water,
Earth, and Fire: Runoff, Erosion and Landslides after Wildfire in Southern
British Columbia. British Columbia Forest Service, British Columbia,
Australia.
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